Este domingo se celebró
en París, al igual que en muchas otras ciudades del mundo, una
manifestación bajo el lema
"no nos vamos, nos echan". Con estas
concentraciones se pretendía responder a la
Secretaria General de Inmigración, Marina Corral, quien afirmó que los jóvenes españoles
emigramos por nuestro “espíritu aventurero”. Pues no, señora
Corral, no es así. Probablemente los que abandonan su país sean los
más “
echados pa'alante” pero eso no quita que el motivo
principal sea la
precariedad laboral y los harapos en los que gente
como usted está convirtiendo lo que antes era una sociedad
medianamente democrática con unos engranajes que, aunque a veces a
las trancas, al menos se mantenían en movimiento. Ahora la máquina
está parada o, lo que es peor, se ha puesto a funcionar pero en
dirección contraria: menos sanidad, menos educación, menos
empleo, menos libertados, menos de todo salvo tensión, angustia,
frustración...porque ya no es sólo que estemos siendo títeres en
esta estafa global consentida por gobiernos de medio mundo; es que
gente como usted y los suyos la están utilizando descaradamente para
hacer retroceder el estado de bienestar que habíamos alcanzado. El
caso es que mientras ustedes aniquilan con toda la desfachatez del
mundo un país muchos jóvenes han decidido hacer las maletas y
buscarse la vida en otros lugares del planeta. No somos
Indiana
Jones; somos simples personas que no nos resignamos a convertirnos en
una
generación perdida gracias a su
ineptitud.
Aunque no lo parezca al
leer el párrafo anterior, yo simplemente quería describir la
jornada del domingo en Trocadero, uno de los lugares más turísticos
de París en el que se decidió realizar la concentración parisina
para responder al cinismo gubernamental. La convocatoria era a las
16.30 y, quien pudiera debía acudir con una maleta para escenificar
el abandono de España en busca de un futuro mejor. Una vez allí se
nos colocaba un ticket de facturación expresamente creado para la
ocasión y, quien quisiera (y no lo llevara de casa) podía ponerse
un cartel informando de su edad, su profesión y los motivos que le
han llevado a abandonar su país. En TODOS los casos los portadores
de los carteles menores de treinta años tenían una carrera universitaria y la media de
idiomas hablados fluidamente era de unos tres. Vamos, gente con
estudios e idiomas que no puede aspirar ni al peor de los trabajos en
su país de origen.
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La explanada de Trocadéro minutos antes de que comenzara la concentración. |
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Pancarta con el lema "Que se vayan ellos". |
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Trocadéro durante la concentración. |
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El lugar de encuentro una hora después de la convocatoria. |
La hora que duró más o
menos la concentración se amenizó con música variada de carácter reivindicativo acompañada por rudimentarias maracas de pasta Carrefour y botellas de
plástico. Tras escenificar la debacle del pueblo español tirándonos
al suelo al oír la palabra crisis y recibir a aquellos que llegaran
acompañados de maletas, quien quisiera tenía la oportunidad de
explicar su historia megáfono en mano. Finalmente se leyó en tres
idiomas el manifiesto creado para la ocasión.
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Facturación de maletas. |
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Facturación de maletas. |
Por aquel entonces ya
habían sido cientos los parisinos y turistas que se habían acercado
para preguntar qué sucedía, para apoyar la causa o simplemente para
desearnos suerte en nuestra aventura (nótese la ironía).
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Manifiesto de Juventud Sin Futuro (mala calidad) |
El éxito fue rotundo y
el mensaje quedó claro, por si alguien todavía lo dudaba. No nos
fuimos, nos echaron.
Y al final reivindiquemos lo que reivindiquemos y hagamos lo que hagamos, por aquí no caen de la burra. Así que esto se hunde sin marcha atrás y sin remedio alguno.
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