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10 de abril de 2013

No nos vamos, nos echan


Este domingo se celebró en París, al igual que en muchas otras ciudades del mundo, una manifestación bajo el lema "no nos vamos, nos echan". Con estas concentraciones se pretendía responder a la Secretaria General de Inmigración, Marina Corral, quien afirmó que los jóvenes españoles emigramos por nuestro “espíritu aventurero”. Pues no, señora Corral, no es así. Probablemente los que abandonan su país sean los más “echados pa'alante” pero eso no quita que el motivo principal sea la precariedad laboral y los harapos en los que gente como usted está convirtiendo lo que antes era una sociedad medianamente democrática con unos engranajes que, aunque a veces a las trancas, al menos se mantenían en movimiento. Ahora la máquina está parada o, lo que es peor, se ha puesto a funcionar pero en dirección contraria: menos sanidad, menos educación, menos empleo, menos libertados, menos de todo salvo tensión, angustia, frustración...porque ya no es sólo que estemos siendo títeres en esta estafa global consentida por gobiernos de medio mundo; es que gente como usted y los suyos la están utilizando descaradamente para hacer retroceder el estado de bienestar que habíamos alcanzado. El caso es que mientras ustedes aniquilan con toda la desfachatez del mundo un país muchos jóvenes han decidido hacer las maletas y buscarse la vida en otros lugares del planeta. No somos Indiana Jones; somos simples personas que no nos resignamos a convertirnos en una generación perdida gracias a su ineptitud.

Aunque no lo parezca al leer el párrafo anterior, yo simplemente quería describir la jornada del domingo en Trocadero, uno de los lugares más turísticos de París en el que se decidió realizar la concentración parisina para responder al cinismo gubernamental. La convocatoria era a las 16.30 y, quien pudiera debía acudir con una maleta para escenificar el abandono de España en busca de un futuro mejor. Una vez allí se nos colocaba un ticket de facturación expresamente creado para la ocasión y, quien quisiera (y no lo llevara de casa) podía ponerse un cartel informando de su edad, su profesión y los motivos que le han llevado a abandonar su país. En TODOS los casos los portadores de los carteles menores de treinta años tenían una carrera universitaria y la media de idiomas hablados fluidamente era de unos tres. Vamos, gente con estudios e idiomas que no puede aspirar ni al peor de los trabajos en su país de origen.


La explanada de Trocadéro minutos antes de que comenzara la concentración.


Pancarta con el lema "Que se vayan ellos".


Trocadéro durante la concentración.


El lugar de encuentro una hora después de la convocatoria.

La hora que duró más o menos la concentración se amenizó con música variada de carácter reivindicativo acompañada por rudimentarias maracas de pasta Carrefour y botellas de plástico. Tras escenificar la debacle del pueblo español tirándonos al suelo al oír la palabra crisis y recibir a aquellos que llegaran acompañados de maletas, quien quisiera tenía la oportunidad de explicar su historia megáfono en mano. Finalmente se leyó en tres idiomas el manifiesto creado para la ocasión.



                       
                            Facturación de maletas.
             
                Facturación de maletas.


 Por aquel entonces ya habían sido cientos los parisinos y turistas que se habían acercado para preguntar qué sucedía, para apoyar la causa o simplemente para desearnos suerte en nuestra aventura (nótese la ironía).

Manifiesto de Juventud Sin Futuro (mala calidad)


El éxito fue rotundo y el mensaje quedó claro, por si alguien todavía lo dudaba. No nos fuimos, nos echaron.


1 comentario:

  1. Y al final reivindiquemos lo que reivindiquemos y hagamos lo que hagamos, por aquí no caen de la burra. Así que esto se hunde sin marcha atrás y sin remedio alguno.

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