Las
mil y una noches constituyen sin duda alguna uno de los elementos
de la cultura árabe que se ha introducido con mayor facilidad en el
imaginario colectivo occidental. Digo esto porque no hay persona que
en su infancia no haya oído hablar de Simbad el Marino o Alí Babá y los cuarenta ladrones y, desde luego, no existe un solo niño en
todo Occidente que no haya dedicado al menos cinco minutos de su vida a Aladdín y la princesa Jasmine.
Pero
más allá de los cuentos infantiles que se han extraído de Las mil y
una noches, esta obra constituye uno de los mayores legados de la cultura oriental. Como todas las grandes obras de la antigüedad Las mil y una noches comenzaron siendo
historias de transmisión oral que en un momento dado se pusieron por
escrito. De hecho, tal y como sucede en las demás – La Odisea, la Biblia...- , en ella encontramos también referencias que eluden claramente a historias narradas y, posteriormente puestas por escrito en las otras grandes civilizaciones de
la Antigüedad. Así, tal y como el Poema de Gilgameshmesopotámico se puede
ver reflejado en La Biblia, el gigante del que Simbad
el Marino se escapa tras clavarle una estaca su único ojo recuerda
sutilmente a un cíclope llamado Polifemo del que un tal Ulises se
libra exactamente gracias a la misma técnica.
Ulises y sus amigos clavándole una estaca al cíclope. Museo Nacional de Villa Giuglia. Foto: arqueologiaenmijardin.blogspot
Pero no todo son similitudes con los grandes clásicos de la Antigüedad ya que, pese a lo que acontece en los otros libros, Las mil y una noches se continuaron escribiendo hasta hace relativamente poco tiempo. Por ello a día de hoy los estudiosos todavía no tienen del todo claro cuántos eran los cuentos que conformaban las primigenias mil y una noches, ni cuántos son en total o cuáles son los "originales". Las versiones son muchas y muy diversas, por lo que es probable que nunca se llegue a un acuerdo total. En parte esta peculiaridad hace que la obra sea todavía más enriquecedora, pues no solo refleja la tradición narrativa más antigua, sino que también incluye bastantes pasajes originarios de la Edad Media e incluso épocas posteriores, por lo que resulta útil incluso para analizar la evolución de diversos aspectos culturales del mundo oriental. Personalmente pienso precisamente en eso radica parte del encanto de Las mil y una noches; en la idea de la historia infinita, la transmisión cultural que pervive y continúa retroalimentando su leyenda con más historias, mas cuentos, mas noches, más ingenio para salvar la vida... más magia.
Para aquellos no iniciados en el maravilloso mundo de Las mil y una noches – algo imperdonable-, diré que cuentan la historia del sultán Sharhiar quien, tras haber sido traicionado por su primera esposa, decidió contraer matrimonio cada día con una nueva doncella a la que decapitaba la mañana después del matrimonio, una vez que esta había sido desflorada. Un día, Scherezade, la hija de un hombre importante en el reino, decidió enfrentarse al sultán, ofreciéndose voluntaria para contraer matrimonio él. Antes del amanecer, momento en el que debería llegar su fin, la joven pidió al sultán un último deseo: despedirse de su querida hermana. Sharhiar, quien accedió a la petición, asistió a la despedida en la que Scherezade comenzó a contarle una historia a su hermana que todavía no había terminado cuando les sorprendió el amanecer. El sultán, intrigado, perdonó temporalmente la vida a la mujer con el deseo de oír la continuación de la historia la noche siguiente. Así, narrando pequeñas historias nocturnas que se entrelazaban entre sí, Scherezade logró contentar al sultán y mantenerse con vida hasta el día en que,mil y una noches después y ya con hijos de por medio, el sultán había perdido todo interés por matarla a ella o a cualquier otra persona.
En la actualidad existen colectivos feministas que critican fuertemente la figura de Scherezade y la imagen que da de la mujer (entonces mejor ni hablamos de la imagen que el sultán Sharhiar da del hombre). Personalmente no considero que este personaje tenga connotaciones negativas; me parece simplemente una persona que, gracias a su ingenio, logra detener una masacre en el reino sin necesidad de violencia alguna ni confrontaciones directas. En cuanto al papel de la mujer y la sociedad en el conjunto de Las mil y una noches, en ocasiones considero que reflejan una sociedad mucho más libre que en la actualidad, con personajes e historias cargadas de un erotismo actualmente impensable. De hecho, una de las ediciones más recientes de la historia ( El Cairo, 1985) causó un gran revuelo, llegando a considerarse inmoral y anti-islámica. Este hecho, a mi entender, refleja un retroceso en los derechos de la mujer en el mundo árabe y un prohibicionismo y tabú sobre el erotismo y la sexualidad que no siempre estuvo presente en su cultura.
Cartel de la exposición en el Institut du Monde Arabe. Representación de un ballet de 1913 en el que se refleja la sensualidad de Las mil y una noches. Foto: imarabe.org
Independientemente de la situación actual,Las mil y una nochesrepresentan la cara amable de un legado cultural con miles de años de antigüedad. Su origen se remonta a la tradición persa de países como IráneIrakpero poco a poco sus dominios se fueron ampliando llegando a contener historias que acontecen en países comoChina, India y Egiptoen la zona más occidental para constituir finalmente la historia total del mundo árabe. Pese a su origen milenario, los primeros restos que se conservan por escrito datan de la Edad Media; atribuyéndosele al narrador de cuentosAbu abd-Allah la primera compilación de la historia allá por el siglo IX d.C.
Diosa mesopotámica Isthar. Relacionada con el comienzo de la transmisión oral de Las mil y una noches. Briths Museum. Foto: wikipedia.org
No será
hasta casi mil años después cuando tengamos constancia del
conocimiento de su existencia en Occidente. El “culpable"
será Antoine Galland quien, realiza una traducción
en 12 tomos de una versión reducida de Las mil y una
noches y que se publicará entre los años 1704 y 1705. En
esta primera versión edulcorada no aparecerán la mayor parte de las
escenas eróticas de la historia, por lo que tendremos que esperar
hasta la versión inglesa realizada por Richard Francis
Burton para hacernos una idea de cómo era en origen la
obra, ya que Burton se regocija en los
aspectos más eróticos de la misma.
Estamos
a principios del siglo XIX y podemos decir sin ninguna duda que "el
mal ya estaba hecho": Las mil y una noches habían
contribuido a enfatizar el interés que las clases altas mostraban
por Oriente. Las tradiciones, las telas, los colores, la música, las
comidas... artistas de todas las índoles bebían ya de esta fuente
para realizar sus obras...desde Goethe y Allan
Poe hasta Gauguin y el balletu ruso, nunca
en la historia había estado tan de moda el mundo oriental en
Occidente. Y es que Oriente representa lo desconocido; un mundo
cargado de placeres para todos los sentidos: desde la importancia de
los olores a la intensidad de los colores de sus tejidos, toda la
tradición oriental resultará irresistible a una parte de la
sociedad europea.
De todo
ello hablaré el próximo (y último) día basándome en la
retrospectiva realizada por el Instituto del Mundo Árabe. Serán
tres actualizaciones seguidas, pero podrían ser muchas más (sobre
todo en un blog que debe su nombre a dichas historias y que
pretende transmitir la misma idea de historia entrelazada) porque Las
mil y una noches son un universo tan fascinante e
inabarcable que parece que jamás vamos a conseguir traspasar la
puerta de entrada.
A comienzos de los años 80 el estado francés acordó, junto con una veintena de países árabes, la creación de una institución cultural en París cuyo objetivo sería el de acercar la cultura y la tradición árabe a Occidente.
Ya a finales de la década se inaugura, en el quinto distrito de París, no lejos del Sena y Notre Dame, la sede de la institución. El diseño es obra de Jean Nouvel, autor de edificios como la Torre Agbar de Barcelona o la ampliación del Reina Sofía en Madrid ( por quedarnos en España).
Torre Agbar, Jean Nouvel, Barcelona. Foto: Wikipedia.
Arquitectónicamente se trata de un edificio de gran prestigio a nivel internacional. Un poco como había pasado con el Pompidou anteriormente, el instituto del mundo árabe parece que revitaliza la zona en la que se construye y, sobre todo, ilumina el barrio, ya que se trata de un conjunto amplio, claro, con grandes espacios que aporta una sensación lumínica a toda la zona (que por lo demás es bastante gris). Además, las fachadas del edificio se ornamentan con símbolos fácilmente extrapolables a la tradición árabe; enlazando así Oriente y Occidente a sólo unos pasos del Sena.
Entrada a la plaza en la que se encuentra el Instituto del Mundo Árabe.
Una de las fachadas del edificio obra de Jean Nouvel.
En cuanto a las actividades que se desarrollan en su interior, el Instituto del Mundo Árabe, cuenta con una agenda de lo más completa entre ciclos, conciertos, conferencias, exposiciones, cursos de idiomas, etc, teniendo, para prácticamente todo tipo de actividad, un programa dirigido a adultos y otro a los más pequeños de la casa (cosa que a veces se echa en falta en los principales museos de la ciudad). En cuanto a sus instalaciones, el interior del edificio se compone de una gran biblioteca, aulas, grandes salas para exposiciones y conferencias y, como no podía ser de otra manera, una zona con cafetería-restaurante y una tienda.
Además, el Instituto del Mundo Árabe también cuenta con un servicio de publicaciones en el que se intercambian conocimientos occidentales y orientales y una página web realmente útil y elaborada.
Pues bien, con motivo de su 25 aniversario, el Instituto del Mundo Árabe organizó una exposición de esas que se recuerdan con el tiempo (como todas últimamente en París) bajo el título Las Mil y una noches. Pero eso es algo de lo que hablaré en mi próxima actualización; hoy nos quedaremos a unos pasos de la entrada.
Entrada a la exposición de Las Mil y una Noches. Institut du Monde Arabe.
Este domingo se celebró
en París, al igual que en muchas otras ciudades del mundo, una
manifestación bajo el lema "no nos vamos, nos echan". Con estas
concentraciones se pretendía responder a la Secretaria General de Inmigración, Marina Corral, quien afirmó que los jóvenes españoles
emigramos por nuestro “espíritu aventurero”. Pues no, señora
Corral, no es así. Probablemente los que abandonan su país sean los
más “echados pa'alante” pero eso no quita que el motivo
principal sea la precariedad laboral y los harapos en los que gente
como usted está convirtiendo lo que antes era una sociedad
medianamente democrática con unos engranajes que, aunque a veces a
las trancas, al menos se mantenían en movimiento. Ahora la máquina
está parada o, lo que es peor, se ha puesto a funcionar pero en
dirección contraria: menos sanidad, menos educación, menos
empleo, menos libertados, menos de todo salvo tensión, angustia,
frustración...porque ya no es sólo que estemos siendo títeres en
esta estafa global consentida por gobiernos de medio mundo; es que
gente como usted y los suyos la están utilizando descaradamente para
hacer retroceder el estado de bienestar que habíamos alcanzado. El
caso es que mientras ustedes aniquilan con toda la desfachatez del
mundo un país muchos jóvenes han decidido hacer las maletas y
buscarse la vida en otros lugares del planeta. No somos Indiana
Jones; somos simples personas que no nos resignamos a convertirnos en
una generación perdida gracias a su ineptitud.
Aunque no lo parezca al
leer el párrafo anterior, yo simplemente quería describir la
jornada del domingo en Trocadero, uno de los lugares más turísticos
de París en el que se decidió realizar la concentración parisina
para responder al cinismo gubernamental. La convocatoria era a las
16.30 y, quien pudiera debía acudir con una maleta para escenificar
el abandono de España en busca de un futuro mejor. Una vez allí se
nos colocaba un ticket de facturación expresamente creado para la
ocasión y, quien quisiera (y no lo llevara de casa) podía ponerse
un cartel informando de su edad, su profesión y los motivos que le
han llevado a abandonar su país. En TODOS los casos los portadores
de los carteles menores de treinta años tenían una carrera universitaria y la media de
idiomas hablados fluidamente era de unos tres. Vamos, gente con
estudios e idiomas que no puede aspirar ni al peor de los trabajos en
su país de origen.
La explanada de Trocadéro minutos antes de que comenzara la concentración.
Pancarta con el lema "Que se vayan ellos".
Trocadéro durante la concentración.
El lugar de encuentro una hora después de la convocatoria.
La hora que duró más o
menos la concentración se amenizó con música variada de carácter reivindicativo acompañada por rudimentarias maracas de pasta Carrefour y botellas de
plástico. Tras escenificar la debacle del pueblo español tirándonos
al suelo al oír la palabra crisis y recibir a aquellos que llegaran
acompañados de maletas, quien quisiera tenía la oportunidad de
explicar su historia megáfono en mano. Finalmente se leyó en tres
idiomas el manifiesto creado para la ocasión.
Facturación de maletas.
Facturación de maletas.
Por aquel entonces ya
habían sido cientos los parisinos y turistas que se habían acercado
para preguntar qué sucedía, para apoyar la causa o simplemente para
desearnos suerte en nuestra aventura (nótese la ironía).
Manifiesto de Juventud Sin Futuro (mala calidad)
El éxito fue rotundo y
el mensaje quedó claro, por si alguien todavía lo dudaba. No nos
fuimos, nos echaron.
Tras haber hablado sobre
el gran éxito que supuso la exposición creo que merece la pena
dedicar una entrada del blog a comentar su contenido.
Se trata de una
retrospectiva en la que se encuentran representados todos las
corrientes y géneros que el artista tocó a lo largo de su carrera
ya sea en pintura, escritura, escultura, diseño, publicidad...
La entrada de la
exposición la conforma una especie de iglú que resulta ser un
útero-huevo en el que se proyecta una imagen de Dalí en posición
fetal. Una vez hemos contemplado la gestación de un genio nos
introducimos en un amplio espacio en el que se desarrolla la práctica
totalidad de la muestra. Las blancas paredes laterales concentran la
mayor parte de las pinturas dalinianas mientras que unos cubos
centrales recogen publicaciones en revistas, cartas personales a
García Lorca y bocetos a veces del tamaño de una servilleta. Entre
toda estas “obras menores” se intercalan pequeñas grandes joyas
como La Persistencia de la Memoria.
La Persistencia de la Memoria, Salvador Dalí, 1931. Foto: Wikipedia .
Durante todo el recorrido
nos acompañan distintas piezas audiovisuales en las que podemos
apreciar, entre otras cosas, el magnífico acento catalán que tenía
Dalí al hablar francés. También lo podemos ver trabajando con
rinocerontes o explicando cristalización del Pippermint en los
vasos de plástico en los que había introducido moscas muertas y que
conforman la decoración de una chaqueta negra que todavía se
conserva y en la que todavía se puede apreciar a las susodichas
moscas petrificadas.
Al final de la sala se
concentran la mayor parte de las piezas de bulto redondo de Dalí
tales como su Venus de Milo con cajones y el teléfono langosta. He
de decir que he apreciado modificaciones en la disposición de estas
piezas a lo largo de los meses que duró la exposición: el primer
día la Venus se encontraba sobre un pedestal en un espacio lo
suficientemente amplio como para poder rodearla. Quince días después
la Venus, desde el mismo pedestal, estaba encarcelada en una
jaula de cristal (y lo mismo con otras esculturas). Yo me pregunto ¿
llegaron tarde las urnas y por ello al principio no había nada que
se interpusiera entre espectador y obra? ¿ Es la gente tan idiota
como para tratar de abrir los cajones y por ello el centro Pompidou
tuvo que encargarse de protegerla? Probablemente un nunca sabremos la
respuesta pero gracias a ello comprendí la importancia de realizar
más de una visita a una exposición (siempre y cuando sea posible)
para aprender de la experiencia.
La Venus Libre
La Venus Enjaulada
Se trata de una
exposición grande, inabarcable si es nuestro primer acercamiento al
autor; por ello es imprescindible acudir con una idea previa de quién
es y a qué nos enfrentamos. Como no quiero que esta entrada sea
eterna, aquí me limitaré a mostrar las obras que más me llamaron
la atención y de las que todavía no he hablado.
La metamorfosis de
Narciso, 1931.
En
una esquina al final del recorrido principal nos encontramos esta
joya del arte, escondiéndose como si de una obra menor se tratara.
Personalmente es una de mis preferidas del autor porque conjuga
mitología método paranoico crítico y, como diria Terenci Moix "El amargo don de la belleza" en un solo cuadro.
La persistencia de la
memoria,1931.
En la segunda de mis tres
visitas a la expo me hice acompañar por un amigo físico que entre
este y otro cuadro que supuestamente toca átomos y relatividad me
espetó más o menos esto“ Aquí cualquiera que entiende dos
palabras de Einstein dice que entiende la teoría de la relatividad”.
Esta declaración fue seguida por una retahíla
de preguntas con las que traté de entender a qué se refería. La
para mí incomprensible explicación posterior unida a que en la
última de las filas de espera habíamos estado hablando del gato de
gato de Schrödinger
(cosa que entendía perfectamente antes de comenzar a hablar y de la
que al terminar no tenía ni idea) hizo que me sintiera un poco como
el personaje de Penny en The Big Bang Theory.
El caso es que fuera como fuere Dalí asistió a conferencias de Albert Einstein en Madrid y, aunque menos dotado para la física era una persona bastante inteligente y que se vendía muy bien. Además, gran parte de culpa sobre la interpretación de este cuadro la tenemos los historiadores del arte; Dalí sencillamente decidió no acompañar a Gala al cine una noche porque le dolía la cabeza y había cenado queso fundido. Como hacía mucho calor no lograba dormir así que se levantó a media noche y completó con relojes fundidos un fondo que ya había realizado. Lo demás es leyenda y, en realidad, esto también.
Atomicus Dalí, 1948.
Los
Cristos de Gala, 1978.
Nunca
me habían llamado especialmente la atención hasta que los contemplé
en persona. Quizás influyó el hecho de que hubiera dos en óleo y
uno a modo de dibujo previo que realmente impresionaba por su
calidad. Son obras amplias, limpias, con colores claros y un scorzo
muy Caravaggesco que prescinde del claroscuro.
Cristo de Gala, 1978. Foto: wahooart.com
Salvador Dalí con uno de sus Cristos. Foto: religioncigales.blogspot.com
Romeo
y Julieta, 1942.
Romeo y Julieta, 1942.
Además
de todas estas obras y de hormigas y cajones por doquier también
podemos contemplar la influencia que los grandes genios de la pintura
han tenido sobre él. Así vemos varias obras como claro homenaje a
Velázquez y a Millet; motivo por el cual el Angelus de Millet
original se encuentra en al exposición siendo la única obra que
forma parte de la muestra y no pertenece a Dalí.
Uno de los Angelus dalinianos. Foto: wikipaintigs.
Tras este pequeño repaso
por la gran retrospectiva no cabe duda de que el genio catalán había creado un
universo propio inconfundible que inunda a todo aquel que quiera ser
partícipe del mismo y que a Dalí o lo odias o lo adoras (sabiendo
que es genialmente odioso) pero jamás te deja indiferente.
Os dejo con el vídeopromocional de la expo y con su colaboración con Walt Disney que finalmente fue acabada en el año 2003. Una maravilla.